jueves, 19 de mayo de 2011

La Ergonomía en la Formación

La necesidad de hacer hincapié en los factores puramente cognitivos de la formación ha hecho que, durante mucho tiempo, se hayan despreciado otros aspectos relevantes y que afectan directamente a la capacidad de aprendizaje como pueden ser el entorno físico y ambiental en el que se desarrolla nuestra labora de docencia.

clip_image002Desde los tiempos de la Grecia Clásica cuando la formación se impartía en casa del maestro y los alumnos se sentaban en taburetes y escribían en tablillas de madera encerada hasta los tiempos actuales, cuando el confort del estudiante se considera básico para potenciar el proceso de aprendizaje, han pasado muchos años y el tiempo ha dado la razón a los que consideraban que el entorno influye en el proceso cognitivo de los alumnos.

Comenio, considerado “El padre de la pedagogía”, ya hablaba en 1632 de “aulas espaciosas, ejercicio corporal y campos de juego”. Pero la verdadera revolución de las aulas tendrá lugar en el Siglo XIX que fue cuando se publicaron numerosas obras sobre higiene y salubridad del edificio escolar, construcción de pupitres, iluminación en las escuelas y en las aulas.clip_image002[6]

En España esta revolución fue, como para casi todo, más tardía. La calidad de las instalaciones educativas fue muy precaria hasta bien entrado el Siglo XX. En 1926, Luis Bello, pedagogo español, señalaba la estrecha relación existente entre la calidad de la educación y la correcta adecuación de las instalaciones educativas. Llegó a decir que le bastaba entrar a un local para saber si al pueblo le interesaba la instrucción de sus hijos.

Todos estos documentos históricos y autores coinciden en la necesidad de mejorar las características de las aulas para sacar un mayor provecho de la docencia. Esta creencia, unida a múltiples investigaciones científicas versadas en esta materia, ha dado su fruto en forma de los estándares más adecuados para la educación, que constatan que las características del centro en el que se imparte clase afecta directamente sobre el aprovechamiento de lo enseñado.

Esta es la regla básica de lo que conocemos como “Ergonomía Educativa”, que señala que el emplazamiento del aula, sus características constructivas, sus condiciones lumínicas, térmicas y de ventilación, así como una correcta disposición del mobiliario, los materiales y el equipamiento educativo inciden directamente en la capacidad cognitiva de los alumnos y, por tanto, en el aprovechamiento que esto hacen de la acción formativa.

clip_image002[8]La existencia de un confort adecuado tanto del profesorado como de los alumnos supondrá una reducción de la fatiga y un aumento de la calidad del docente y de los aprendizajes del discente.

Se deben controlar siete variables ambientales: la ionización del aire, las condiciones termohigrométricas (confort térmico), la contaminación acústica, el control de las vibraciones producidas por el tráfico rodado, los transportes subterráneos, etc., la iluminación, las radiaciones ionizantes que dependerán del lugar donde se asiente el centro docente y las no ionizantes que son las relacionadas con los campos eléctricos, los magnéticos y las radiofrecuencias.

Es fundamental trabajar para lograr escuelas cada vez más confortables tanto para los docentes como para los alumnos con la finalidad de mejorar el nivel de salud y rendimiento.

martes, 10 de mayo de 2011

La Ola

Estamos acostumbrados al cine procedente de Estados Unidos así como a sus subproductos, pero hoy vamos a hablar de una película europea, alemana por más señas, "La Ola", del año 2008.

Nos situamos en la Alemania actual, en un instituto de educación secundaria, donde trabaja el profesor Rainer Wenger, el cual tiene que dar un seminario sobre la Autocracia como forma de Gobierno. Wenger está un tanto frustrado pues en su juventud fue un radical de izquierdas y hubiera preferido encargarse del seminario referente a la Anarquía que uno de sus colegas no quiere cederle. 

2De nuevo nos encontramos a un profesor que va contra las reglas y normas establecidas a la hora de enseñar y que aplica métodos novedosos que llamen la atención de sus alumnos.

Rainer en un momento determinado plantea si sería posible que en la Alemania actual pudiera implantarse de nuevo una forma de gobierno autócrata, al estilo de la que se impuso durante el Tercer Reich. Los alumnos piensan que esto no es posible en los tiempos demócratas actuales. 

Rainer decide enseñarles lo fácil que puede ser manipular a las masas y después de hacerse elegir "democráticamente", como el líder de la clase, cada día impone una nueva norma a sus alumnos que ellos, alentados por la oratoria y la persuasión del profesor asumen con entusiasmo. 

Los alumnos adquieren conciencia de grupo y aquellos que no se someten a las normas se ven aislados y postergados del resto. Rainer incluso sugiere un uniforme, una simple camisa blanca y establecen un saludo que les identifica. El movimiento se extiende fuera de las aulas y va escapando al control del profesor.

Aquí tenemos un ejemplo del poder de la enseñanza. Un profesor debe ser consecuente y cuidadoso con su clase, con sus alumnos. Aquellos que nos enseñan pueden influirnos toda nuestra vida. Seguramente muchos de nosotros recordamos a tal o cual maestro que nos hizo la vida imposible, que nos hizo odiar las matemáticas o nos transmitió su amor por el arte o la poesía. No somos simples máquinas de hablar. Lo que hacemos y decimos puede quedar grabado a fuego en aquellos que nos escuchan, igual que como lo hacemos o como lo decimos.

Somos responsables de nuestra clase. Tenemos que ayudar a adquirir y transmitir conocimientos pero tan importante es hacerlo, es importante como como lo hacemos. No podemos humillar, aislar o faltar al respeto. Los tiempos del profesor autoritario han pasado a la historia pero eso no supone que nos tengan que faltar al respeto o no seguir nuestras indicaciones. 

Tenemos que ponernos en el lugar de nuestros alumnos, identificar sus sentimientos y conocer si nuestro trabajo está siendo positivo, si esta siendo de utilidad y vamos a conseguir nuestro principal objetivo, enseñar. No vamos a lucirnos y demostrar cuanto sabemos de una materia determinada, no vamos a realizar experimentos didácticos con gente tan importante como nuestros alumnos, algo que el profesor Wenger debería saber, que "Los experimentos se hacen con gaseosa".

Y por cierto, la película se basa en un suceso real, en un experimento realizado en 1967 en California.

lunes, 2 de mayo de 2011

El Club de los Poetas Muertos

el-club-de-los-poetas-muertos-vcd1Iniciamos aquí una serie de artículos dedicados a películas que, dentro de su temática principal abordan el tema de la formación o nos plantean interesantes puntos de vista sobre las relaciones entre profesores y alumnos. Buscamos obtener ejemplos que nos pueden ser de ayuda a la hora de afrontar las clases, tanto desde el punto de vista del alumno como del profesor.

Hoy hablamos de una película de 1989, "El club de los poetas muertos", dirigida por Peter Weir. Sus interpretes fueron Robin Williams, en el papel del profesor John Keating. Para aquellos que les guste el cine, se sorprenderán de ver cómo si este actor deja de lado sus excesos histriónicos puede ser un actor de primera categoría. Junto a él veremos a otros actores ya consagrados en cine o en televisión, como Ethan Hawke o Robert Sean Leonard, éste último más conocido por sus apariciones en la serie House.

En el film se nos narra como llega a la Academia Welton, la típica institución para "niños bien", un nuevo profesor de literatura y además antiguo alumno del centro, el profesor Keating. Keating plantea una revolucionaria forma de dar las clases a sus alumnos, muy alejadas de las encorsetadas normas del centro y que los alumnos, ya en el último curso, son las únicas que conocen. En Welton se prepara a los alumnos para obtener las más altas calificaciones, para "triunfar" en la vida, pero se ha descuidado su preparación como personas. Keating les enseña una nueva orientación, una nueva perspectiva de la vida, con una forma nueva de enseñar y aprender, interactuando con los alumnos, lo que hace que, al poco tiempo, le consideren el mejor de los profesores. Esto provocará la envídia del resto del profesorado y chocará con la mentalidad conservadora y anticuada del centro que ve en Keating no a uno de los suyos, sino a alguien que no se adapta "a las normas".

En la película veremos escenas que no olvidaremos, como las reuniones de los chicos por las noches en su escondite secreto, la "terapia de choque" que realiza Keating con uno de sus alumnos para que pierda el miedo "escénico" o cómo los alumnos consideran a su profesor su "Capitán".

Iremos viendo como los chicos se transforman, como entienden el mundo que les rodea de una forma diferente y se debe pagar un precio por tener la libertad de elegir; que desarrollarse como ser humano no sale precisamente gratis, sino que implica sacrificar lo que realmente deseamos o sentir el amargo sabor de la traición.

Esta película, a pesar del tiempo transcurrido no ha perdido ni un ápice de su mensaje. Es una de esas películas de las que se dice que "han envejecido bien" y que permite pasar un rato de esos que llamamos "buen cine". No es una " película espectáculo" con escenas grandiosas, bellos paisajes o enormes explosiones, pero sí es un película que podemos ver más de una vez sin aburrirnos.

Realmente, todos los que nos dedicamos a la formación tenemos algo que aprender del profesor Keating. Carpe Diem.